Martin Luther King



Morir en la Frontera.

Estaba sentado en aquella mesa pensando en esa pequeña niña y pensando en el hecho de que en cualquier momento podían quitármela. Comencé a pensar en una esposa dedicada, devota y leal, que se encontraba allí, durmiendo… Y llegué al punto en que no pude soportarlo más. Era débil…

Entonces descubrí que la religión se había convertido en algo real para mí, y que debía conocer a Dios por mi mismo. Me incline sobre aquella taza de café. Jamás lo olvidare… Pronuncie una oración, y lo hice en voz alta aquella noche. Dije: Señor, aquí estoy, tratando de hacer lo correcto. Creo que tengo razón. Creo que la causa que representamos es justa. Pero Señor, debo confesar que en este momento me siento débil. Estoy titubeando. Estoy perdiendo el valor.

…En aquel momento pude escuchar una voz interior que me decía: Martin Luther, Levántate en pro de la justicia. Levántate en pro de la verdad y he aquí estaré contigo, aun hasta el fin del mundo… Escuche la voz de Jesús diciéndome que todavía debía seguir luchando. Prometió no abandonarme jamás, no dejarme solo jamás. Nunca mas solo. Nunca mas solo. Prometió no abandonarme jamás, no dejarme solo jamás. 

Muchas personas destacan la valentía y gallardía de Martin, pero muy pocos conocen de donde venia su fuerza y valor, esta experiencia íntima y personal con Dios le daba las fuerzas necesarias para no abandonar el propósito emprendido.

Para mí, Luther era un profeta al mejor estilo del Antiguo Testamento, este se empeño en cambiar a toda una nación a través de una apelación moral directa, mostrando lo que Dios demandaba de manera inmediata, pero también una visión de largo alcance. El cuadro que pintaba Martin Luther era un cuadro resplandeciente de un futuro reino de justicia.

Un profeta como él, nos invita a hacer actos diarios de obediencia, sin tener en cuenta el costo personal. Un profeta también nos recuerda que ningún fracaso, ningún sufrimiento, ningún desaliento es definitivo porque el Dios que se encuentra entre las sombras sigue cuidando de los suyos. Un hombre que pueda transmitir estos dos mensajes de poder sin duda puede cambiar al mundo.

Valoro en extremo una frase de Martin Luther King sobre la solemnidad y respeto hacia la iglesia afirmado su liderazgo:

“La iglesia... no es ni ama ni sierva del estado, sino más bien su conciencia. Debe ser guía y crítica del estado, y nunca instrumento suyo”

Lamentablemente King, muere en la frontera:

Al igual que todos, me gustaría tener una larga vida. La longevidad es importante. Pero esto no es lo me preocupaba ahora. Simplemente quiero hacer la voluntad de Dios y Él me ha permitido subir a la montaña. He mirado hacia abajo y he visto la tierra prometida.

Tal vez no llegue allí junto a ustedes, pero quiero que sepan esta noche que nosotros, como pueblo, llegaremos a la tierra prometida.

Por tanto, estoy feliz esta noche. No hay nada que me preocupe. No le temo al hombre. Mis ojos han visto la gloria de la venida del señor.  

Extraído del ultimo discurso de King en Memphis, la noche antes de su asesinato.

Martin Luther King Jr.​ fue un ministro y activista bautista estadounidense que se convirtió en el vocero y líder más visible del movimiento de derechos civiles desde 1955 hasta su asesinato en 1968.

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