LA DECADENCIA MORAL DE UNA CIUDAD…
En esta ciudad existe un cerro que la engalana, con sus picos La silla y El Aguilón; el pico más alto de todos, El Naiguatá y el conocido picacho Codazzi, todos ellos, variantes de esa hermosa serranía que conforma una silueta limítrofe al norte de la ciudad. Una hermosa descripción para una hermosa ciudad, donde sus habitantes se caracterizan por ser joviales, sociables y muy alegres. Sin embargo esta ciudad de ayer y la de hoy intenta ser transformada y no en su estructura que bastante lo necesita, sino en lo moral, y es que unos grupos minoritarios se han dado a la tarea de pedir, de hablar y de buscar que la ideología social y moral cambie. Sin pensar en el daño social, emocional, psicológico y físico que pueden lograr en la sociedad. En tan solo una semana la ciudad ha pasado de ciclistas desnudos recorriendo sus calles a una jornada de besos públicos, por personas del mismo sexo en su casco histórico. La ciudad ha perdido su capacidad de asombro, el ciudadano esta aleta...