El lado oscuro de la Eutanasia
Con
la muerte digna o eutanasia tenemos casos tan famosos como el suicidio del
escritor Arthur Koestler y su esposa, ya que ambos tomaron barbitúricos en
1983, el caso de un bebe con síndrome de Down que nació en indiana, este
pequeño nació con una malformación de su sistema digestivo que podía ser
operada con éxito, pero sus padres se opusieron a esto y lo dejaron morir; también
tenemos a la enfermera alemana Michaela Roeder,
llamada el ángel de la muerte, quien fue acusada de causar la muerte a 17
pacientes para acabar con su sufrimiento.[1]
Las
continuas noticias sobre el sufrimiento humano están sensibilizando a la opinión
publica para que cada vez sea mas abierta la idea de aceptar la muerte asistida
o eutanasia, pero que dice la palabra de Dios al respecto; ¿A Dios le importa
mi sufrimiento? ¿Dónde esta Dios cuando la vida duele? Quisiera tratar este tema
en dos partes primero hablar del sufrimiento humano y segundo preguntarnos si
la muerte es su solución.
La
biblia nos menciona la historia de un hombre que tránsito a través del
sufrimiento humano y que en varias oportunidades solicito una muerte asistida,
la muerte dulce o eutanasia. Las páginas de Job están llenas del sufrimiento de
un hombre, y sorprendentemente, es el mismo hombre al cual el propio Dios
describe como «intachable y recto, temeroso de Dios y apartado del mal» (1:8).
La buena situación de su vida cambia drásticamente cuando, de un día a otro,
pierde a todos sus hijos, sus siervos, sus bienes y, por último, su salud a manos
de una terrible enfermedad. Esta no solo le provoca un insoportable dolor
físico, sino emocional, aunado al rechazo y el desprecio de los demás a causa
de su apariencia, hedor y ruina.
Acabar con el sufrimiento humano.
Sin
embargo, Job no es el único en pensar que solo la muerte puede ser mejor que el
dolor. Muchos hoy en día apoyan la existencia de una ley de eutanasia (que,
literalmente, significa «buen morir»), y no son pocos los que creen que se
trata simplemente de apagar máquinas o desconectar personas —moribundas o con
muerte cerebral— de aquellos medios que las mantienen artificialmente con vida.
No obstante, debemos aclarar que, al hablar a favor de la eutanasia, se busca
mucho más. Si solo se tratara de eso, no sería necesario legislar —por la
simple razón de que tales acciones ya ocurren alrededor del mundo—. Los médicos
apagan máquinas, los familiares toman decisiones dolorosas, y aunque claramente
hay áreas grises, sería extremadamente raro que alguien sufriera consecuencias
legales por ello. No, las leyes de eutanasia tienen que ver con matar
activamente a una persona que, por razones médicas, considera que no tiene
esperanza de una buena calidad de vida.[2] Generalmente el medio
usado es una inyección venenosa, la cual, en otro contexto, coincide con la
forma en que se aplica la pena de muerte.
En
otras palabras, lo que se pretende es acabar con anticipación el sufrimiento de
esa persona sea un bebe con síndrome de Down con malformación de su sistema digestivo
o un adulto mayor. La eutanasia esconde detrás de si la selección de los mas
fuertes o el darwinismo social.
La
libertad de morir o acabar con mi vida.
Aunque,
a diferencia de Job, su mujer conservó su propia salud, ella consideró que lo
mejor para su esposo hubiese sido morir maldiciendo a Dios. Esta no soportó ver
el sufrimiento de Job, y mucho menos si este insistía en absolver a Dios
evitando maldecirlo.
¿Por
qué, según la esposa, no bastaba con que Job muriera «en silencio»? ¿Por qué
debía morir maldiciendo a Dios?
Aunque
a veces Job dijo anhelar la muerte, él seguía creyendo que Dios es el soberano
y justo dueño de la vida. Sabía que morir o continuar viviendo no era una
decisión humana. Su esposa, en cambio, pensaba que el Dios que había permitido
este sufrimiento no merecía ser llamado bendito. Job debía enfrentarlo con el
puño en alto, sentenciando implícitamente que nada justifica el dolor. Bajo
ninguna circunstancia. Job según el pensamiento moderno tenia el derecho de
decidir acabar con su vida y evitar el sufrimiento.
Job
nos ayuda a ver que quisiéramos negar nuestra independencia, y por medio de la
eutanasia creemos la mentira de que somos independientes, tanto de Dios como de
los demás. Practicarla es desobedecer a Dios, el Creador y soberano dueño de la
vida. En efecto, corta de raíz el buen proceso en que Dios, no solo mediante lo
bueno sino también sacando partido de la adversidad, cada día nos refina y
prepara más para una comunión perfecta y eterna con Él.
Una muerte no tan digna y tan feliz
La
palabra eutanasia está formada por eu (bueno) y thanatos (muerte), lo cual hace
que su significado más común sea “una muerte buena o fácil para el ser humano”,
obviamente, bajo el criterio del propio ser humano.
En
Roma y los territorios bajo el dominio del imperio, la práctica de la eutanasia
fue múltiple, se consideraba que el enfermo terminal que se suicidaba tenía
motivos suficientes para cometer tal acto, puesto que se aceptaba de manera
honrosa el suicidio provocado por la impaciencia del dolor o la enfermedad[3].
En
el panteón de la Grecia antigua, se encontraban entre algunas de sus diosas Las
Parcas o Moiras, tres diosas que determinaban la vida humana y el destino:
Cloto daba la vida a los hombres, Láquesis decidía su duración y asignaba a
cada persona su destino y Átropo llevaba las temibles tijeras que cortaban el
hilo de la vida en el momento apropiado. El mejor indicio de que en Grecia se
cometía el suicidio, como una forma de Eutanasia, reside en el hecho de que
otros grupos representados por los pitagóricos, aristotélicos y epicúreos
condenaban esta práctica.[4]
Hoy
en Canadá se promueve la ley de la eutanasia bajo razones de pobreza o baja calidad
de vida, Actualmente, varios países, como Bélgica, los Países Bajos, Luxemburgo
y Suiza, permiten que los pacientes con tendencias suicidas reciban la muerte
mediante inyección letal (eutanasia) o una receta autoadministrada de
medicación letal (suicidio asistido). En 2002, Bélgica, los Países Bajos y
Luxemburgo (los tres conocidos colectivamente como Benelux) legalizaron ambas
prácticas.
Las
leyes de esos países permitían la muerte voluntaria de los pacientes cuyo
sufrimiento físico o psicológico era insoportable y no podían ser tratados
eficazmente por medios aceptables para ellos. Una condición terminal no era un
criterio necesario. Esto abrió la puerta para que algunos pacientes con
enfermedades psiquiátricas tuvieran el suicidio previsto, en lugar de
prevenirlo. En la actualidad, entre Bélgica y los Países Bajos. se practica la
eutanasia a petición de entre 100 y 200 pacientes con enfermedades
psiquiátricas cada año[5].
Como
lo comentaba en los párrafos anteriores la eutanasia esconde su verdadera intensión;
matar activamente a una persona que, por razones médicas, considera que no
tiene esperanza de una buena calidad de vida. Lo mismo hizo Hitler con la idea
de la raza pura y el darwinismo social. La muerte de los enfermos mentales, discapacitados
o adultos mayores era legal y hasta bondadosa, ese mismo espíritu opera en
nuestros días:
La
Asociación Canadiense de Psiquiatría (CPA) fue una de esas voces, que declaró
ampliamente que, en aras de la paridad: “Los pacientes con una enfermedad
psiquiátrica no deben ser discriminados únicamente por su discapacidad, y deben
tener disponibles las mismas opciones con respecto a MAID disponible para todos
los pacientes.[6]
Dos
casos ocurridos en las últimas semanas han exacerbado la preocupación de
diversos especialistas a la puesta en práctica de la eutanasia como solución a
casos de personas en condiciones de vulnerabilidad.
El
primer caso corresponde a una mujer con sensibilidad severa a los productos
químicos que ha solicitado durante años una vivienda donde pudiera permanecer
libre de productos industriales mientras el segundo se trata de una joven en
situación de discapacidad y en condiciones económicas vulnerables.
La
eutanasia ya no es solo por razones de enfermedad terminar sino como una
herramienta de exterminio movida por el darwinismo social, la supremacía de los
más aptos según Darwin y Marx. Y es que los países no capitalistas pudieran
señalar a Canadá como capitalista y clasista sin embargo los primeros también pueden
aplicar la eutanasia no como ley, pero si a través de sus deficientes políticas
públicas; donde una persona puede morir por falta de atención e insumo en los hospitales.
Por
su parte, la doctora y especialista en asistencia, Chantal Perrot, señaló que:
"La vivienda inadecuada no es uno de los criterios de elegibilidad para la
asistencia médica a la muerte. Aunque las circunstancias de vida de alguien
puedan contribuir a su sufrimiento, no constituyen la condición médica grave e
irremediable, que debe existir”.
Al
principio, la eutanasia estaba destinada a los enfermos terminales, luego a los
enfermos mentales, y ahora promueve la muerte de aquellos «demasiado pobres
para seguir viviendo con dignidad». En vez de ayudar a los pobres y
menesterosos los quieren eliminar; acaso olvidan que la mala gestión del
gobierno fue la que provocó la actual recesión económica, y ahora piden a las
víctimas de su incompetencia que abandonen este mundo. ¡Qué barbaridad!
La
dignidad humana es solo cuestión de creencias.
Cuando
la iglesia se opone a este tema y a esta legislación perversa inmediatamente hay
alguien que dice; eso es por sus creencias. La dignidad del ser humano no es
solo una cuestión de creer o no creer, ya que se aplicaría entre los círculos religiosos,
pero en el resto de la humanidad quedaría a la decisión de cada persona. La dignidad
humana proviene de Dios gracias a su Imago Dei en cada ser humano. Reafirmada como
un derecho de todo ser humano por el siempre hecho de ser humano a imagen de
Dios.
El
sufrimiento humano es por causa del pecado o desobediencia y no se soluciona
con la muerte asistida, se soluciona con Cristo en nuestra vida y corazón. De
hecho, creemos que el remedio para el dolor humano ha sido anunciado por Dios
en el evangelio. Las buenas noticias son que el Señor Jesucristo fue a la cruz
del calvario para pagar el precio por nuestros pecados, y “Ciertamente Él llevó
nuestras enfermedades, Y cargó con nuestros dolores. La
mejor manera de partir de esta tierra es en Cristo y cuando el Señor lo ha
determinado no cuando el hombre o la sociedad lo decida.
Dr.
Luis Blanco
Presidente
de la Asociacion Teológica de Venezuela
[1]
Tomado del libro Bioética Cristiana de Antonio Cruz, p. 333.
[2] Énfasis
del autor.
[3] La
Vida: ¿Derecho o Deber? [serial online] 2004 [Citado 12 de agosto de 2005]. Se
ubica en: URL: http:// www.enfermeria21.com/listametas/apuntes_2004_2005/
Apuntes Eutanasia1yola nda.doc.
[4] 3.
Fernández S, López E, Pasquali C, Rondolino M, Terragno J. Eutanasia: Historia
y Actualidad. [serial online]. [Citado 13 de agosto de 2005] Se ubica en: URL:
http:// www.monografias.com/trabajos/eutanasia3/eutanasia3.htm.
[5] https://www.bioeticablog.com/ley-de-eutanasia-de-canada-facilitara-suicidio-de-pacientes-psiquiatricos/
[6] https://www.bioeticablog.com/ley-de-eutanasia-de-canada-facilitara-suicidio-de-pacientes-psiquiatricos/
Buenas noches, La muerte y la vida están en manos de Dios. Cómo hija de Dios no estoy de acuerdo con la eutanasia. Sin embargo hace un tiempo leí en las noticias el caso de unos venenos en Bélgica que solicitaron el derecho a morir dignamente. Así lo llamaron y realmente no estaban sufriendo dolor pero eran Sordos de nacimiento e iban a quedar ciegos,
ResponderEliminarPerdón escribí venenos.
ResponderEliminarEl caso de unos Gemelos
ResponderEliminarEso me llevo a pensar en su situación y me dio tristeza creo era muy fuerte su situación por eso solicitaron la eutanasia.
ResponderEliminarEn el momento los apoye por la situación que iban a vivir si además se ser sordos quedaban ciegos pero realmente. Dios tiene el control de todo.
ResponderEliminarAhora en colombia está legalizada la eutanasia o como lo llaman ahora el derecho a morir dignamente. En Colombia cada vez aprueban leyes que dan tristeza. El señor les perdone.
ResponderEliminarGracias pastor por el tema y la oportunidad de compartir.
ResponderEliminar