La masacre de niños inocentes.

 

Hace unos días atrás el mundo se vio impactado por la terrible noticia de otro tiroteo en una escuela de los Estados Unidos, un hecho brutal y despiadado cometido por un joven hispano, donde murieron alrededor de unos 14 niños y un docente. Muchas personas se preguntaron: ¿Qué clase de ser humano puede hacer algo como esto? ¿Cómo puede ocurrir esta barbarie en un mundo contemporáneo como el nuestro? La respuesta es el problema está en el corazón no regenerado de las personas.

Sucesos como estos se han repetido lamentablemente muchas veces en la historia, leyendo el nuevo testamento me encuentro con la matanza de los niños por ordenes de Herodes, o lo que se conoce por la tradición; la matanza de los niños inocentes. Herodes era capaz de esto, en su momento mato a dos cuñados, a su esposa Marianne, y a dos de sus propios hijos, cinco días antes de su muerte, decreto el arresto de muchos ciudadanos y mando que fueran ejecutados el día de su muerte, a fin de crear en el país un luto nacional. El joven asesino a su abuela antes de la masacre.  Ambos hechos son terribles, el hagiógrafo de mateo describe la matanza como algo brutal y desmedido cometido por un hombre con ansias de poder, por un sistema gubernamental de terror acostumbrado a resolver sus problemas a través de la masacre.

Podemos además especular sobre los problemas mentales, emocionales o psicoanalíticos del joven o de Herodes y proponer fórmulas mágicas para el comportamiento humano, pero la realidad es que el problema está en el corazón no regenerado de las personas. “El problema esta en el corazón” Como padre no deseo ni imaginar por un segundo el dolor de las familias afectadas, tanto en el tiempo de Herodes ni en este tiempo. Hoy vemos con horror el deseo de alguien de matar a otra persona solo por gusto, sin embrago se aprueban leyes que autorizan la matanza de niños en el vientre de la misma madre. Es la misma situación solo que una se hace en privado y la otra es de carácter público. Ningún niño debe morir en manos de un tirano, ni de un asesino, ni de un sistema gubernamental que apruebe el aborto. Un corazón no regenerado es capaz de asesinar vilmente a nuestros niños en sus escuelas, en toda una nación y en el vientre de una madre.


Dr. Luis Blanco

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