La Corrupción como medio de éxito II
Cuando el Imperio romano se
encontraba en la cúspide de su poder, era la mayor administración humana que el
mundo había visto. La legislación romana era tan eficaz que aún constituye la
base de los códigos legales de muchos países. No obstante, pese a los logros de
Roma, sus legiones no consiguieron vencer a un enemigo insidioso: la corrupción.
Finalmente, esta aceleró la caída del imperio.
Soborno
Es el Regalo, dádiva o medio con
el que se corrompe a alguien o se consigue que haga algo en favor de uno, que
por lo general constituya injusticia o delito.
Según el contexto, la palabra hebrea
para soborno (schó·jadh) también puede traducirse “regalo” o “presente”. (Éx
23:8, nota; 1Re 15:19; Pr 17:8.)
Las Escrituras indican que el aceptar sobornos no solo llevaba
a la perversión de la justicia, sino hasta al derramamiento de sangre. (Dt 16:19;
27:25; Eze 22:12.)
Deu 16:19 No pervertirás
la justicia ni actuarás con parcialidad. No aceptarás soborno, pues el soborno
nubla los ojos del sabio y tuerce las palabras del justo.
Eze 22:12 'En ti se ha
recibido soborno para derramar sangre; has tomado interés y usura, y has dañado
a tus prójimos, extorsionándolos y de mí te has olvidado'--declara el Señor
DIOS.
La ley que Dios dio a Israel
prohibía específicamente aceptar sobornos, y Jehová, como el Juez Supremo, puso
el ejemplo perfecto al siempre tomar decisiones imparciales sin jamás dejarse sobornar.
(Éx 23:8; 2Cr 19:7.)
Éxodo 23:8 Y no aceptarás soborno, porque el soborno
ciega aun al de vista clara y pervierte las palabras del justo. Sobornar.
2Cr 19:7 Ahora pues, que el temor del SEÑOR esté sobre
vosotros; tened cuidado en lo que hacéis, porque con el SEÑOR nuestro Dios no
hay injusticia ni acepción de personas ni soborno.
Algunos ejemplos en el Antiguo Testamento.
Por ejemplo, a Dalila la sobornaron para que traicionara a
Sansón, y para ello cada señor del eje de los filisteos le pagó 1.100 piezas de
plata (o siclos de plata que equivaldrían a 2.422 dólares). (Jue 16:5.).
Jue 16:5
Los jefes de los filisteos fueron a verla y le dijeron: «Sedúcelo, para
que te revele el secreto de su tremenda fuerza y cómo podemos vencerlo, de modo
que lo atemos y lo tengamos sometido. Cada uno de nosotros te dará mil cien
monedas de plata.
Los hijos de Samuel, que fue profeta y juez, a diferencia de
su padre, aceptaron sobornos y pervirtieron el juicio.
(1Sa 8:3; 12:3.)
Por otra parte, David habla de aquellos cuya mano derecha
debería estar apoyando la causa de la justicia, pero que, sin embargo, está
llena de soborno. (Sl 26:10.)
Los reyes Asá y Acaz sobornaron a los reyes de Siria y
Asiria, respectivamente, a cambio de ayuda militar. (1Re 15:18, 19; 2Re 16:8.)
Los cabezas o príncipes de la Jerusalén infiel también
amaron el soborno. (Isa 1:23; 5:23; Miq 3:11.)
En el Nuevo testamento
En el siglo I de la Era Común, Judas Iscariote se dejó sobornar para
traicionar a Jesucristo (Mt 26:14-16, 47-50), y el gobernador Félix se abstuvo
de hacer justicia en el caso de Pablo esperando que el apóstol lo sobornara.
(Hch 24:26, 27.)
Mat 26:14-16
Uno de los doce, el que se llamaba Judas Iscariote, fue a ver a los
jefes de los sacerdotes. —¿Cuánto me
dais si yo os entrego a Jesús? —les propuso. Decidieron pagarle treinta monedas
de plata. Y desde entonces Judas buscaba una oportunidad para entregarlo.
Las expresiones “un soborno del seno” y “un soborno en el seno”
se entienden mejor si se tiene en cuenta que en hebreo la palabra “seno” puede
referirse también al pliegue que hace una prenda de vestir por encima del
cinturón.
Por lo tanto, estas expresiones parecen indicar que el
soborno se escondía en el pliegue superior de la prenda de vestir y luego se
daba en secreto a otra persona, quien, a su vez, lo ocultaba de la misma
manera. (Pr 17:23)
Entregar un soborno a la persona indicada permitirá aprobar
un examen, obtener el permiso de conducir, conseguir un contrato, acelerar un
trámite notarial o ganar un juicio.
Inevitablemente, quienes más sufren la corrupción y los
estragos económicos a que esta da lugar son los pobres, que casi nunca están en
condiciones de sobornar a nadie.
Como
dijo sucintamente The Economist, “la corrupción no es más que una forma de
opresión”.
¿Cuáles son
las causas de la corrupción?
¿Por qué deciden las personas ser corruptas, en lugar de
honradas? Para algunas quizá sea la manera más fácil de conseguir lo que
quieren, si no la única.
·
El soborno puede ser a veces una manera cómoda
de eludir el castigo.
·
Mucha gente observa que los políticos, los
policías y los jueces parecen pasar por alto la corrupción o hasta practicarla,
por lo que sencillamente siguen su ejemplo.
·
Al aumentar la corrupción, se hace más
aceptable, hasta que al final se convierte en un modo de vida.
“Por cuanto la sentencia contra una obra mala no se ha
ejecutado velozmente, por eso el corazón de los hijos de los hombres ha quedado
plenamente resuelto en ellos a hacer lo malo”, observó el rey Salomón
(Eclesiastés 8:11).
“Un simple amador de la plata no estará satisfecho con plata
—observó Salomón—, ni ningún amador de la riqueza con los ingresos.”
(Eclesiastés 5:10.)
Recomendaciones…
1.
Debemos reconocer que el problema principal es
nuestra corrupción personal e interna, y la solución final es el evangelio.
2.
Sólo hay una salida para dejar de ser corruptos,
el nuevo nacimiento en Cristo Jesús. El vivir en integridad solo es posible
mediante la experiencia que la Biblia proclama;
humillarnos, arrepentirnos, para ser una Nueva Criatura.
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