La propaganda como arma en los sistemas dictatoriales...

Nuestro entorno definitivamente guia nuestra pluma, es muy dificil escribir sobre paz y prosperidad en los tiempos de crisis y de oscuridad en una nacion, sin embargo en los ultimos meses se viene planteando toda una propaganda de paz, felicidad y mucha pero mucha demagogia para tranquilizar a las masas, para algunas personas eso sera algo novedoso sin saber que los sistemas dictatoriales han echado mano de ello desde hace decadas tomare como elemplo al sistema dictatorial y cruel de hitler.
A través de una imagen pública cuidadosamente orquestada del líder del Partido Nazi Adolf Hitler durante el período políticamente inestable de Weimar, los nazis explotaron este anhelo para consolidar el poder y promover la unidad nacional. La propaganda nazi facilitó el rápido ascenso del Partido Nazi a una posición de prominencia política y, finalmente, al control de la nación por parte de los líderes nazis. En particular, el material de campaña para las elecciones de la década de 1920 y los primeros años de 1930, así como también el convincente material visual y las apariciones públicas atentamente controladas, se unieron para crear un “culto al Führer” en torno a Adolf Hitler. Su fama creció a través de los discursos que pronunciaba en las grandes concentraciones, los desfiles y la radio. En esta figura pública, los propagandistas nazis mostraban a Hitler como un soldado listo para el combate, como una figura paterna y como un líder mesiánico elegido para rescatar a Alemania.
Esta misma publicidad no ha cambiado, se sigue aplicando la misma estrategia para enemorar a los corazones ingenuos, en la antigua alemania nazi se podia apreciar como sus seguidores se aprendian sus discursos y pretendian negar con estos la realidad aficciante de su gobierno, los mismo sucede en latinoamerica donde los presidentes todos carismaticos y con olor a pueblo levantan grande consignas y lemas que son repetidos sin cesar por sus partidarios sin entender en lo mas minimo lo que realmente significa.
“Cuántos lo admiran [a Hitler] con conmovedora fe, como la persona que los ayudará, los salvará, los liberará de la angustia insoportable.” -Louis Solmitz, maestro de escuela de Hamburgo, 1932.
Entre 1933 y 1945, la adulación pública a Adolf Hitler fue una característica siempre presente en el espacio público de la vida alemana. Los propagandistas nazis describían a su líder (Führer) como la personificación viviente de la nación alemana, que irradiaba fuerza y una inquebrantable devoción por Alemania. Los anuncios públicos reforzaban el concepto de Hitler como el salvador de una nación alemana derrotada por los términos del Tratado de Versalles posterior a la Primera Guerra Mundial. El culto a Adolf Hitler fue un fenómeno masivo fomentado deliberadamente. Tanto los propagandistas nazis como los artistas producían pinturas, letreros y bustos del Führer, que luego eran reproducidos en grandes cantidades para ser colocados en lugares públicos y en los hogares. La editorial del Partido Nazi imprimió millones de copias de la autobiografía política de Hitler, Mein Kampf (Mi Lucha) en ediciones especiales, incluyendo ediciones para recién casados y traducciones al sistema Braille para personas ciegas.
LAMENTABLEMENTE LA HISTORIA LA ESCRIBE O REESCRIBE EL QUE TIENE EL PODER...
La propaganda nazi idolatraba a Hitler como un talentoso estadista que traería estabilidad, crearía puestos de trabajo y restauraría la grandeza de Alemania. Bajo el régimen nazi se esperaba que los alemanes mostraran lealtad pública al “Führer” de maneras casi religiosas, como hacer el saludo nazi y saludar a las personas en la calle diciendo “¡Heil Hitler!”, el llamado “saludo alemán”. La fe en Hitler fortaleció los lazos de unidad nacional, y el no acatamiento de esta ideología significaba disensión en una sociedad donde la crítica abierta al régimen y a sus líderes constituía un motivo de encarcelamiento. EN OTRAS PALABRAS... “ AQUI NO SE HABLA MAL DE HITLER”...
Después de 1933, la radio alemana transmitía los discursos de Hitler en los hogares, las fábricas e, incluso, en las calles de las ciudades a través de altavoces. ( cualquier parecido con la realidad en latinoamerica es pura coincidencia), a proposito de los discursos y la nueva radio en los sistemas subterraneos. Los funcionarios del Ministerio de Propaganda de Goebbels vieron la gran promesa que significaba la radio para la propaganda. El ministerio otorgó importantes subsidios para la fabricación de la económica “Radio del pueblo” (Volksempfänger) y facilitar así su venta. Hacia 1935, se habían vendido aproximadamente 1,5 millones de estas radios, lo que convirtió a Alemania en el país con una de las mayores audiencias radiales del mundo.

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